Prepárate: el futuro del trabajo ya está aquí
No hace mucho que acabé de leer un libro bastante interesante que explica, para los próximos años, lo que le va a pasar al futuro del trabajo. El libro se titula como este post “Prepárate: el futuro del trabajo ya está aquí” y lo escribe Lynda Gratton, profesora de la London Business School. Según su autora, el libro muestra diversas predicciones que son el resultado de un proyecto de investigación realizado a nivel mundial con 21 multinacionales y más de 200 ejecutivos.
Lynda plantea diferentes escenarios unos más optimistas y otros no tanto sobre lo que nos depara el futuro, y además lo hace planteando diferentes situaciones o ejemplos de trabajos que se desarrollarán unos en el 2025 y otros en el 2050.
Es innegable que el mundo del trabajo está sufriendo innumerables cambios, y parece que, según el libro esto no es algo pasajero, sino que está aquí para quedarse. Luego podríamos decir que el cambio ya está aquí (como dicta el título del libro).
En este momento seguro que te estarás preguntando alguna de las siguientes cuestiones:
- y ¿cuál va a ser el futuro del trabajo?
- ¿Cómo me va a afectar a mí, sino lo está haciendo ya?
- Y lo más importante, ¿qué puedo hacer yo ahora para que mi futuro laboral tenga mejores perspectivas, o dicho de otra forma, cómo debo prepararme?
Es difícil predecir cómo va a ser el futuro del trabajo de cada uno de nosotros, ya que intervienen muchos factores como son el lugar de trabajo, el país de origen, nuestra educación, el entorno económico y social, etc. En su lugar lo que Lynda Gratton hace es establecer una serie de tendencias que tienen una alta probabilidad de que ocurran y que veremos a continuación.
Las 5 fuerzas o tendencias
Las cinco tendencias o fuerzas que están cambiando el panorama laboral son las siguientes:
El desarrollo tecnológico: supongo que habrás oído alguna vez eso de que no sobreviven las especies más fuertes, sino las que son capaces de adaptarse. Es la capacidad de adaptación al cambio la que nos da ese plus, y la tecnología juega un papel fundamental ya que nos proporciona gran cantidad de recursos para poder adaptarnos mejor al cambio.
Desde hace unos años somos capaces de observar que la capacidad tecnológica está aumentando exponencialmente gracias a la innovación y a la producción en masa que hace que el coste tecnológico sea cada vez menor. Es por ello que se prevé que en 2025 haya más de cinco billones de personas que estén conectadas mediante dispositivos móviles. ¿Te imaginas las implicaciones que esto puede suponer?
La globalización: el mundo está cada vez más hiper conectado, sobre todo gracias a la tecnología y en especial a la irrupción de internet que hace que las barreras cada vez sean menores entre los continentes, países, ciudades y personas. Personas de una parte del mundo conectadas con otras personas que están al otro lado del mundo. El querer estar en contacto unos con otros, junto con la necesidad de disponer de servicios de forma inmediata (cultura de la inmediatez) hace que cada vez nos convirtamos más en un mundo global 24/7.
Los cambios demográficos: si fuera este el tema de un artículo lo titularíamos “el mundo se está envejeciendo”, y es que cada vez vivimos más años junto con la disminución paulatina de la natalidad en la gran mayoría de los países (incluidos los países menos desarrollados, los cuales siempre han tenido un mayor porcentaje de natalidad). Según un estudio, para el año 2050 uno de cada tres personas en el mundo civilizado estará cobrando algún tipo de pensión, y esto tiene numerosas implicaciones económicas y sociales, sobre todo de cara a poder mantener el denominado “estado del bienestar”.
Las nuevas tendencias sociales: si compararnos los niños nacidos en un año y lo comparamos con los que nacieron el año anterior, no se aprecian cambios significativos, pero sí que los hay cuando comparamos las personas que se llevan varios años de diferencia. Esto lo recoge bastante bien la teoría de las generaciones. Algunos ejemplos de las nuevas tendencias sociales que se reflejan en el libro son las siguientes: disminución en el número de hijos de las familias, incremento del número de horas en el ocio, generaciones más adaptadas al uso de la tecnología, como son el ejemplo de los nativos digitales de la generación Z, entre otros.
La disminución del petróleo y el carbón: tanto el carbón como el petróleo tienen los días contados, ya que son recursos escasos, aunque todavía existan reservas, algunas de las cuales todavía por descubrir. Si no somos capaces de innovar en las fuentes de energía y transformar la sociedad al compás, estaremos avocados a que los precios de la energía sigan aumentando en los próximos años. ¿Te imaginas las implicaciones que tendrían para el mundo que el barril del petróleo estuviese a 200$?
Después de analizar las cinco tendencias principales, Lynda nos habla de un futuro que tiene una doble vertiente para el trabajo: una negativa y otra positiva.
En la parte positiva nos encontramos con el surgimiento de la innovación, la colaboración y el emprendimiento, el poder desempeñar trabajos más alineados a los valores individuales y el poder compaginar mejor la vida personal y profesional
Y en la parte negativa podemos llegar a convertirnos en una sociedad cada vez más aislada de las familias y de los individuos, muchos de los cuales se encontrarán en exclusión social com consecuencia de no ser capaz de pertenecer al “global talent pool” (término que en inglés se traduciría como los profesionales a nivel global que disponen de talento y que consiguen sacarle provecho).
Los recursos que te prepararán para el futuro
¿Y cómo podemos prepararnos para dicho futuro, sino lo estás haciendo ya?
Nuestro foco debe estar en la creación de oportunidades y la toma de decisión que aumenten nuestras posibilidades futuras. Para esto hay que empezar cambiando ciertos paradigmas y creencias y desarrollando una serie de habilidades y hábitos que nos ayuden en el nuevo entorno que tenemos a la vuelta de la esquina.
Y más concretamente, deberemos ser más eficaces en la utilización de los siguientes recursos:
Capital intelectual: la habilidad que tengamos para construir nuestro capital intelectual que a su vez será la base para poder crear valor y poder diferenciarse de los demás. Y esto se puede conseguir si nos convertirnos en especialistas y/o expertos en un campo determinado, en lugar de ser generalistas (aquellos que saben un poco de todo pero no tienen la maestría en ningún campo).
Capital social: es decir, tus redes de contactos y las relaciones que mantienes vivas. Tu habilidad para conectar con otras personas y grupos será crucial en un mundo tan aislado emocionalmente, aunque paradójicamente esté más conectado tecnológicamente que nunca. Tu reto aquí es dejar atrás tu rol de competidor aislado para convertirte en un conector emprendedor.
Capital emocional: esto es, ser capaz de construir una alta resiliencia (capacidad para sobreponerse a la dificultad) y una fortaleza mental y emocional que te permitan poder superar las dificultades y tener la motivación suficiente para alcanzar tus metas. Capital emocional que necesitaremos para poder pasar de ser meros consumidores a convertirnos en emprendedores apasionados.
Después de leer el libro, muy recomendable por cierto, es posible que alguna de las predicciones o escenarios del 2025 o el 2050 que hace la autora no lleguen a ocurrir. Sin embargo, muchas de las cuestiones que predice ya están ocurriendo, por lo que merece la pena prepararse y saber adaptarse a este gran cambio del mundo del trabajo.
¿Y tú qué opinas sobre las predicciones de Lynda Gratton?